ASPILLERA,dice el diccionario que es una abertura estrecha practicada en el muro de una obra fortificada, que permite disparar a cubierto; muy bien, aquí realmente representa un sitio donde poder expresar todas las ideas que se me vengan a la mente ya sean simples comentarios, críticas o elogios.
domingo, 18 de diciembre de 2011
sábado, 5 de noviembre de 2011
CALENDARIO GREGORIANO
sábado, 17 de septiembre de 2011
CALENDARIO ROMANO
SUETONIO TRANQUILO
En sus comienzos, los romanos no disponían de un calendario único, sino que cada tribu tenía uno propio, hasta que, Rómulo, (primer rey y fundador de Roma, 753-714 aC), estableció uno de 304 días distribuidos en diez meses que se alternaban de 30 y 31 días más un período que no contaba entre el 30 de diciembre y el primero de marzo. Éste es el que se puede considerar como el calendario romano oficial, ya que conservó su estructura básica a lo largo de toda su historia e incluso podemos decir que aún continua vigente, luego de sustanciales intervenciones para adecuarlo a la realidad del año trópico.
Los meses iniciales fueron:
MARTIUS 31 días
APRILIS 30 días
MAIUS 31 días
IUNIUS 30 días
QUINTILIS 31 días
SEXTILIS 30 días
SEPTEMBER 30 días
OCTOBER 31 días
NOVEMBER 30 días
DECEMBER 30 días
Luego en el reinado de Numa Pompilio (713-676 aC) se adicionaron dos meses a continuación del mes de diciembre, para llegar a 355 días; situación que permaneció vigente durante la monarquía y la república, con una única modificación realizada al orden de los meses en el año 153 aC, cuando la necesidad de disponer de más tiempo para la preparación de las campañas bélicas, los llevó a establecer el inicio del año en enero en lugar de marzo.
Los meses de Numa Pompilio fueron:
MARTIUS 31 días
APRILIS 29 días
MAIUS 31 días
IUNIUS 29 días
QUINTILIS 31 días
SEXTILIS 29 días
SEPTEMBER 29 días
OCTOBER 31 días
NOVEMBER 29 días
DECEMBER 29 días
IANUARIUS 29 días
FEBRUARIUS 28 días
A éste calendario se le añadía un mes llamado intercalar o “mercedonius” (de merces, salario, debido a que en esta época se les solía pagar a los trabajadores). El mes intercalado se incluía a continuación de la fiesta del dios Terminus, o sea a partir del 24 de febrero inclusive, de manera que los últimos cinco días de febrero se colocaban al final del mercedonio que solía ser de 22 días el segundo y sexto año y de 23 el cuarto y el octavo; constituyendo un período de ocho años durante los cuales se intentaba compensar la diferencia entre el calendario oficial de 355 días y el año solar de 365. Sin embargo, como la inclusión del mercedonio dependía de la voluntad del Pontifex Maximus de turno quien solía decretarlo o no de acuerdo a sus conveniencias políticas o económicas y, como además, este doble cuatrienio arrojaba un exceso de 8 días, el sistema fracasó completamente al no mantener una datación real de acuerdo con las estaciones. Por ejemplo, se sabe que entre el año 63 y el 46 aC sólo hubo cinco intercalares por lo que cuando Julio César cruzó el Rubicón el 10 de enero del 49 aC según el calendario oficial, en realidad apenas era otoño.
Este manejo un poco caprichoso del calendario creaba traumatismos en toda la vida civil y religiosa de los romanos, y además, los ciudadanos que estaban lejos de la metrópoli no tenían cómo saber la fecha con exactitud. Por todas estas razones, Julio César decidió que debía desarrollarse un calendario que no dependiera de la voluntad de las personas y para ello se asesoró del astrónomo Sosígenes de Alenjandría, quien determinó que el año constaba de 365 ¼ días, aproximación bastante exacta para los métodos de la época. Así que para conservar la tradición del calendario romano y ajustarlo a la realidad solar se decidió que el año tendría 365 días divididos en los ya establecidos doce meses, sumándole dos días a ianuarius, sextilis y december, y uno a aprilis, iunius, september y november, mientras que februarius sería de 29 días cada cuatro años. Este día, como ya era costumbre, se incluiría a continuación de las Terminalias o sea el 24 de febrero, que en la datación romana se llamaba ante diem sextum kalendas martii (día sexto antes del primero de marzo), por lo que el día adicionado se llamó ante diem bis sextum kalendas martii (otro día sexto antes del primero de marzo) y al año que lo contenía se le denominó annus bisextum.
Los meses de Julio César quedaron así:
IANUARIUS 31 días
FEBRUARIUS 28 o 29 días
MARTIUS 31 días
APRILIS 30 días
MAIUS 31 días
IUNIUS 30 días
QUINTILIS 31 días
SEXTILIS 31 días
SEPTEMBER 30 días
OCTOBER 31 días
NOVEMBER 30 días
DECEMBER 31 días
En este punto cabe anotar que los meses quintilis y sextilis pasaron a llamarse iulius y augustus en los años 44 y 8 aC respectivamente.
Para poder iniciar con este orden, fue necesario que al año 46 aC (708 AUC) se le sumaran 67 días entre noviembre y diciembre, además del mes mercedonio de 23 previamente incluido en febrero como se solía hacer; por lo tanto este año tuvo un total de 445 días, y fue conocido como el año de la confusión.
Esta reforma que se conoce como Calendario Juliano, en honor a Julio César, comenzó en el año 45 aC (709 AUC); pero a raíz de la muerte de Julio César en 44 aC (710 AUC), y tal vez, por no haberlo entendido o por incluir en el cálculo de los cuatrienios el año de partida como era su costumbre en todos los conteos; los bisiestos se realizaron cada tres años, de manera que al cabo de 36 años ya se había desfasado tanto, que César Augusto en el año 8 aC suspendió los siguientes tres bisiestos (5 y 1 aC, y 4 dC), para reiniciar ahora sí en forma ordena a partir del bisiesto 8 dC. No hay un consenso sobre cuáles fueron los años bisiestos de este primer período, pero la relación más aceptada es la de Joseph Scaliger quien afirma que los bisiestos trienales fueron 42, 39, 36, 33, 30, 27, 24, 21, 18, 15, 12, y 9 aC. La dificultad para establecer ésta secuencia radica en que los romanos no numeraban sus años en forma consecutiva sino que los relacionaban con algún hecho relevante como la expulsión de los reyes o con el periodo de dos cónsules o del mandato de un rey o emperador, o por alguna batalla importante, etc. y ocasionalmente se tomaba la fundación de Roma (ab urbe condita, abreviada, AUC) para establecer comparación de fechas entre dos acontecimientos; ésta última es la utilizada por los historiadores modernos para poder contar con una secuencia de años medianamente comparable con el calendario gregoriano; pero debe usarse de manera muy cuidadosa, ya que no hay unanimidad con respecto a la fundación de Roma; además existe mucha incertidumbre sobre los períodos de los reyes, así mismo, hay que estar muy atentos con el inicio del mandato de algunos cónsules, pues no siempre asumieron en enero o marzo, sino que incluso, algunas veces llegó a ser en julio; amén de que los años tuvieron duración variable, y en ocasiones es imposible determinar con exactitud cuáles fueron mercedonios; por todos estos factores, en ciertos casos se llega a presentar una disparidad hasta de cuatro meses.
En el calendario romano no se subdividían los meses ni se numeraban sus días, de los cuales sólo distinguían tres llamados kalendas, nonas e idus; siendo kalendas el primer día del mes; nonas correspondía al día cinco excepto en marzo, mayo, julio y octubre que era el día siete y finalmente idus era el 13 menos en los ya mencionados marzo, mayo, julio y octubre que era el 15. Todos los demás días se tomaban con relación a estos, por ejemplo:
Pridie nonas ianuarius – (víspera de 5 de enero) cuatro de enero
Postridie idibus octobribus – (día siguiente al 15 de octubre) dieciséis de octubre
Ante diem quintum idus augustus – (quinto día antes del 13 de agosto) nueve de agosto
Ante diem tertium kalendas octobres – (tercer día antes del primero de octubre) 29 de septiembre.
Como ya hemos dicho, los romanos no dividieron sus meses en semanas, pero solían tener un ciclo de nueve días consistentes en ocho días corrientes y uno llamado NUNDINA, que era el día de mercado, ferias y encuentros, pero como éste era a la vez el final de uno y el principio de otro, se puede decir para efectos prácticos, que se trataba de un período de ocho días los cuales se contaban con relación a la nundina, ej.
Pridie nundina – víspera del día de mercado
Ante diem tertium nundina – tercer día antes del día de mercado
Otras naciones como los babilonios, los egipcios y judíos sí poseían la semana de siete días, de manera que los ejércitos expedicionarios romanos conocieron y acogieron este concepto que fueron introduciendo en Roma entre los años 19 aC y el 14 dC, de manera que para el 79 dC, la semana de siete días era de uso corriente, y aunque coexistía con el período nundino, al final terminó imponiéndose, al punto de que ya en la época del Emperador Constantino I los días de la semana tenían sus propios nombres, y fue él quien el siete de marzo de 321, decretó el solis dies (domingo) como día de descanso obligatorio para todo el imperio, excepto en las labores del campo. Basándose en la tradición babilónica de darle a los días el nombre de los astros cuyo movimiento puede ser observado a simple vista, los romanos los denominaron:
Solis dies (más tarde por influencia cristiana se llamaría dominicus dies)
Lunae dies
Matis dies
Mercurii dies
Iovis dies
Veneris dies
Saturni dies
Finalmente es bueno anotar que los romanos dividían el día básicamente en horas luz y noche; durante el día contaban 12 horas de luz, por lo que las horas de verano eran más largas que las de invierno, pero igual en cualquier estación conservaban la misma denominación, es decir, mediante los números ordinales: hora prima, hora secunda, hora tercia, etc., siendo la hora sexta el medio día. La noche se dividía en cuatro partes que correspondían a los turnos de vigilancia de los campamentos militares, por lo que se llamaban vigilias y también se nombraban mediante los ordinales, prima vigilia, secunda vigilia, etc.
Como podemos observar, el conocimiento del calendario romano, nos muestra la procedencia de algunos aspectos de nuestro actual calendario, entre otros: la razón para la denominación del año bisiesto, el motivo para que el día demás se incluya en el mes de febrero, así como el origen de los nombres de los meses y los días en español y en algunos otros idiomas, etc., por lo que tenemos que admitir que fue éste, sin duda, uno de los grandes aportes que nos legaron los romanos.
martes, 23 de agosto de 2011
CALENDARIO HEBREO
El calendario hebreo es básicamente lunar, pero toma como referencia el número de lunaciones completas del año trópico (12), así como las cuatro estaciones del hemisferio norte para determinar la duración del año; pero además, cada mes debe tener las cuatro fases lunares, comenzando con la luna en cuarto creciente cuando es apenas visible brevemente como una muy delgada hoz y termina con la luna completamente a oscuras, invisible desde la tierra, mientras que en plenilunio se llega a la mitad del mes. Como la luna demora aproximadamente 29 días y medio en circundar la tierra, los meses suelen alternarse entre 29 y 30 días. La cuenta de los años judíos, se inició con el Génesis que según ellos, comenzó el día primero del primer mes del año 1, el cual en años gregorianos equivaldría al lunes 7 de octubre del año 3761 a.C., por lo que para convertir de calendario gregoriano a hebreo o viceversa se suma o se resta 3760; claro que al realizar esta operación hay que tener en cuenta que el año judío comienza en septiembre u octubre del año anterior; por ejemplo, este año (5771), comenzó el nueve de septiembre de 2010 y terminará el 28 de septiembre de 2011.
MESES HEBREOS
TISHREI – 30 días (septiembre/octubre)
JESHVAN – 29 o 30 días (octubre/noviembre) también llamado MARJESHVAN
KISLEV – 30 o 29 días (noviembre/diciembre)
TEVET – 29 días (diciembre/enero)
SHEVAT – 30 días (enero/febrero)
ADAR – 29 días (febrero/marzo) debe incluir el equinoccio de primavera (AVIV)
NISÁN – 30 días (marzo/abril)
IYAR – 29 días (abril/mayo)
SIVÁN – 30 días (mayo/junio)
TAMUZ – 29 días (junio julio)
AV – 30 días (julio/agosto)
ELUL- 29 días (agosto/septiembre)
Este es el orden de los meses en el calendario civil moderno, pero en la liturgia el año comienza el primero de nisán, mes en que salieron de Egipto (Éxodo 12:2), y termina en adar; por lo tanto, el YOM KIPUR (día del perdón), que se tiene que celebrar el décimo día del séptimo mes (Levítico 23: 27-32), no se lleva a cabo en nisán sino al anochecer del día nueve del tishrei, que es cuando comienza el décimo día del mes séptimo, según la liturgia. Pero además tienen otros dos años nuevos que son el primero de elul, que es el comienzo de año para realizar el conteo de los diezmos de las reses y el quince de shevat que es el año nuevo de los árboles y las primicias.
El año civil comienza con la festividad de ROSH HASHANÁ (cabeza de año) en tishrei y culmina en elul, pero como tiene que incluir las cuatro estaciones, un número exacto de meses lunares, y además debe conservar la pascua judía en primavera (aviv), es necesario que algunos años sean de 13 meses; esto se determinaba de manera empírica por el tiempo de cosecha, si ésta no estaba lista para recoger, el Sanedrín se reunía y adicionaba un mes antes de adar; por lo tanto, con frecuencia la diáspora no disponía de la información oportuna para celebrar la Pascua.
Este sistema tan subjetivo de manejar el calendario llevó a que en 359, HILEL II, Nasi del Sanedrín entre el 320 y el 385, promulgara el sistema decemnovenal, basándose en el ciclo que METÓN estableciera en 432 aC para el calendario ateniense. Durante este ciclo, las distintas fases de la luna se vuelven a repetir en los mismos días del año con una diferencia de hora y media aproximadamente.
Este período tiene además la ventaja de que en 19 años trópicos se completan 234,992 lunaciones, es decir, que se pueden aproximar a 235 y el calendario lunar hebreo en este mismo lapso logra la paridad (235 ciclos lunares) mediante 12 años de 12 meses y siete de 13 meses; estos últimos corresponden a los años 3 – 6 – 8 – 11 – 14 – 17 y 19. El decimo tercer mes se denomina ADAR ALEF o ADAR I, es siempre de 30 días y se antepone al mes común adar, que en estos casos pasa a llamarse ADAR BET O ADAR II. Estos años son denominados embolismales, preñados o bisiestos.
Para determinar cuando un año es embolismal se divide el año por 19 sin obtener decimales, si el residuo es 0 – 3 – 6 – 8 – 11 – 14 o 17, el año es bisiesto. Por ejemplo, este año, 2011, equivale al año 5771 que al dividirlo por 19, obtenemos 303 enteros y un residuo de 14, por lo tanto es preñado.
DIAS DE LA SEMANA
Los días de los hebreos comienzan al anochecer cuando se presenta el ocaso. (Génesis1:5; Levítico 23:27-32), por ejemplo el shabat comienza al atardecer del día viernes. La semana hebrea inicia con el domingo, que se llama día primero, y siguen así, segundo, tercero, etc., hasta el último día que se llama SHABAT, pero dada la importancia del sábado y de otras fiestas religiosas, es necesario hacer ajustes adicionales al calendario para evitar que ciertas celebraciones se superpongan o hasta se contradigan entre sí; por ejemplo el último día del Sucot exige batir con energía las ramas de sauce, lo que está absolutamente prohibido hacer en shabat, como también sería inconveniente que el Yom Kipur que obliga a un riguroso ayuno anteceda o siga a un shabat cuando es prohibido cocinar; y como las principales festividades (ROSH HASHANÁ, YOM KIPUR y SUCOT) se llevan a cabo en tishrei, el inicio de año (Rosh Hashaná o primer día del mes tishrei), no podrá ser domingo, miércoles o viernes (primero, cuarto o sexto); lo que ocasiona un desbalance que debe ser ajustado en los meses subsiguientes (jeshván y kislev), de manera que según las circunstancias, éstos pueden ser ambos de 29 o 30 días o uno de 29 y otro de 30, lo que nos lleva a la clasificación de los años.
CLASES DE AÑOS
La circunstancia ya mencionada nos proporciona tres clases de años en el calendario:
SHANÁ JASERÁ (año faltante) de 353 días porque tanto jeshván como kislev tienen 29 días.
SHANÁ KESIDRÁ (año normal) de 354 días donde jeshván es de 29 y kislev de 30 días.
SHANÁ SHELEMÁ (año completo) de 355 días porque tanto jeshván como kislev tienen 30 días.
Cada uno de estos años normales, tiene su correspondiente año embolismal, que como ya sabemos adiciona un mes de 30 días; lo que quiere decir que existen años bisiestos de 383, 384 y 385 días. Finalmente es bueno anotar que con una diferencia de 50 minutos, los años hebreos se repiten cada 247 años.