lunes, 14 de junio de 2010

NO SOLO DE HONRADEZ VIVE UN PAÍS

SUETONIO TRANQUILO

Durante la primera campaña para la presidencia en Colombia, cuando aspiraban seis candidatos principales todos los participantes mostraron altura en la contienda, presentaron sus propuestas sin recurrir a la ofensa personal; daba gusto escuchar los debates televisados durante los cuales se trataron todos con respeto dando ejemplo de tolerancia hacia las ideas de los demás. Ahora al quedar sólo dos, uno supondría que se mantendría la misma tónica y que tendríamos la oportunidad de conocer mejor el pensamiento y talante de cada uno.
Decepcionante, fue el debate auspiciado por el canal de televisión City TV, en el cual los participantes tenían el tiempo suficiente para expresar sus ideas, debatir los pro y los contra de los programas de gobiernos que cada uno planteara y tratar de convencer al televidente con argumentos y cifras las bondades de sus propuestas, y sin embargo, el señor Mockus dedicó el programa a insinuar que el presidente Uribe y Santos son corruptos, pese a que éste último lo invitó expresamente a exponer su plan de gobierno y esbozó el propio.
Nos quedó la sensación de que el señor Mockus no sabía cuál era su programa de trabajo, o como si no tuviera uno o como si no se sintiera en capacidad de exponerlo y más grave aún durante todas las entrevistas que ha dado, no ha dicho nada nuevo ni expresado cómo sería su modus operandi para combatir la corrupción, caballito de batalla de su campaña.
Se ha limitado a decir que desde las más altas instancias del gobierno se acatará la ley y se dará ejemplo de rectitud, pero no ha dicho qué medidas se tomarán para prevenir la corrupción, ¿o es que él cree que con su buen ejemplo basta? O, ¿será que ni siquiera para éste, su plan bandera, tiene un programa bien estructurado? Me niego a creer que eso pueda ser así, y más bien pienso que sus planes son tan maravillosos que no quiere exponerlos públicamente para que no se los copien o simplemente porque piensa que no somos capaces de entenderlos.
Pero de lo que sí estoy convencido, es de que se ha vuelto un poco cansón con el cuento de que él es el Único, el Maravilloso, el Salvador (sí con mayúsculas), porque él se cree el Redentor, quien se inventó y nos trae el bálsamo milagroso de la honradez. Pues le tengo noticias, ni es el único honrado, ni es ése el único requisito para ser un buen presidente; éste país necesita un hombre con un plan de gobierno que comprenda no sólo cómo combatir la corrupción, sino también cómo incrementar las exportaciones, mejorar el empleo, disminuir la pobreza, controlar el déficit, solucionar el problema de la salud, construir infraestructura y muchos etcéteras más que podríamos agregar, y que no se solucionan con la sola honradez pero que nunca supimos cómo lo piensa enfrentar el candidato Mockus.

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