miércoles, 21 de julio de 2010

CIUDADANOS CAÍN Y CIUDADANOS ABEL


SUETONIO TRANQUILO

Cuando los más inocentes creíamos que como consecuencia de las pretensiones de la señora Íngrid Betancourt, se le iba a venir al país una cascada de demandas, nos enteramos que ella era simplemente una más de quienes ya habían solicitado y superado la etapa de conciliación, pasando a la demanda. Y, ¿quiénes fueron esos ilustres patriotas? Nadie más y nadie menos que los ex - representantes del mismo pueblo al que ellos ahora quieren esquilmar; son, recuerden bien sus nombres los ex – congresistas Orlando Beltrán Cuellar, Consuelo González, y Gloria Polanco de Lozada.

La demanda de éstos tres personajes ya fue admitida y asciende a más de doce mil millones de pesos, ¡qué vergüenza!, y pensar que ellos fueron, en su momento, los representantes de los intereses de sus comunidades a las que hoy indirectamente les quieren quitar sus recursos. Dios quiera, que el pueblo tenga presente sus nombres para que no vuelvan a cometer el error de llevarlos al Congreso.

Pero la falta de patriotismo no termina con ellos, no, el Señor Jorge Eduardo Géchem cuya demanda no ha sido admitida por tecnicismos, es más grave aún, porque él sí ha sido reelegido para el Congreso y nada menos que por el partido oficialista de la U; quien lo creyera que a un hombre a quien el partido ha debido repudiar y expulsar, le otorgó el aval, dándole así la oportunidad de que le saque plata al pueblo por punta y punta. Y aún nos falta el señor Alan Jara, que lo está pensando.

Sinceramente, creo que deberíamos iniciar una campaña a nivel nacional repudiando la actitud de éstas personas, haciéndoles ver que rechazamos su proceder y declarándolas personas no gratas. Porque si bien es cierto que pudo haber fallas de seguridad, ellos como legisladores de la época eran parte de la solución, debido a que tenían en su poder la posibilidad de fomentar medidas que permitieran una mejor protección para ellos y todos los colombianos; por ende, también son parcialmente culpables de su propia desgracia; la cual no nos puede ser cobrada a nosotros, los del pueblo, que no tenemos manera de influir en las decisiones.

Ejemplarizante en cambio la actitud de la doctora Clara Rojas y el Dr. Araújo, quienes manifestaron que jamás, de ninguna manera entablarían demanda contra la patria. Ésa es la clase de ciudadanos que el país necesita, esas son las personas que debemos ver en el Congreso. Mención aparte merecen los militares de todas las ramas y de todos los rangos; todos, liberados, fugados o rescatados sin excepción han mostrado orgullo patrio, deseos de continuar sirviendo al país, amor a las instituciones, repudio a los guerrilleros y ningún deseo de demandar pese a que cuando fueron secuestrados, las condiciones de armamento, logística y entrenamiento eran precarias. Loor a nuestras Fuerzas Armadas.

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