viernes, 16 de julio de 2010

SEÑOR PRESIDENTE, CALLE POR FAVOR


SUETONIO TRANQUILO

Son muchas las cosas que los colombianos tenemos que agradecerle, señor presidente Uribe, han sido muchísimos sus aciertos para bien del país como también, como es natural, han sido muchos sus errores, que gustosos le hemos perdonado porque siempre hemos creído que entre lo bueno y lo malo, ha primado lo primero siendo inevitable lo segundo. Se va indudablemente con el cariño de un pueblo agradecido que vio cómo en sus ocho años de mandato logró una maravillosa transformación del país, incrementando las exportaciones, suprimiendo o modificando entidades ineficientes, mejorando el sistema de salud, disminuyendo el narcotráfico, dando confianza a los inversionistas nacionales y extranjeros, amén de la seguridad en los campos y la certeza de que es posible lograr que la guerrilla no sea un obstáculo para el desarrollo normal del país, y un sinnúmero de etcéteras difícil de resumir.

Sí señor Presidente, mucho se lo agradecemos, pero por decisión de la Corte su período ya está por concluir, sólo le restan 22 días, y si bien es cierto que su mandato expira el siete de agosto a las tres de la tarde, también lo es que son muy pocas las iniciativas que puede poner en práctica por lo que sólo le resta atender los asuntos rutinarios. Por lo tanto, es su deber patriótico permitir que el nuevo gobierno comience a enfocar su labor por los causes que estime más conveniente sin tener que soportar sus críticas soterradas y su bombardéo contra lo que usted denomina “diplomacia meliflua y babosa”.

Señor Presidente, si no le han gustado los nombramientos, no se preocupe que usted no va a trabajar con ellos, que tres de ellos son pastranistas, tranquilo, el presidente es uribista, que se le dará un enfoque distinto al AIS, no importa, usted lo creó y ése mérito no se lo quita nadie; pero por sobre todo tenga en cuenta que ni usted ni nadie es dueño de la verdad absoluta, entre otras cosas porque no existe. Siempre ante cualquier situación hay la posibilidad de tener diferentes enfoques y por lo general varios de ellos serán buenos.

Por otra parte, si el entrante gobierno desea componer las relaciones con los vecinos, no es bueno, no es saludable para el país dar la impresión de que las malas relaciones son por culpa nuestra y que somos nosotros los que mostramos los dientes, mientras que nuestros pobrecitos vecinos, se ven obligados a defenderse de tanta agresión. Sabemos que tiene razón, sabemos que Venezuela siempre ha sido un fortín fariano, sabemos que reciben apoyo oficial de parte del gobierno vecino y también sabemos que son la quinta columna de la revolución bolivariana en Colombia; pero también sabemos que el Comandante Coronel es un hipócrita con mucha astucia y que no importa cuántas pruebas recaudemos, el siempre lo negará sonriente mientras continúa con su ayuda y respaldo a los subversivos. Esta es una situación con la que hemos convivido desde que el señor Chávez asumió la presidencia, y que tendremos que soportar con estoicismo y mucho tacto hasta el final de sus días, de manera que lo mejor es tratar en lo posible de darle un manejo diplomático, porque a un demente armado es mejor no torearlo, y al hacerlo usted en el final de su mandato, lo único que está consiguiendo es torpedear la labor de su sucesor. Así que, Señor Presidente, por favor, calle.

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