CARTA DE UNA MADRE
El otro día, leyendo diversas informaciones publicadas
en la Internet, me tropecé con ésta carta escrita por una madre adolorida que
sufre sin consuelo, pero que nos enseña cómo se han distorsionado algunos
valores y cómo las personas correctas que marchamos dentro de la legalidad,
tenemos menos derechos que aquellos acostumbrados a quebrantar el orden. En Colombia, por ejemplo, los guerrilleros
desmovilizados reciben apoyo económico, becas e incluso la oportunidad de
ocupar cargos públicos; mientras que los jóvenes que nunca han delinquido,
difícilmente obtienen apoyo del estado, debiendo luchar contra la corriente
para poder sobresalir. Einstein dijo
alguna vez que le dolía más la indiferencia de los buenos que la maldad de los
malos; yo diría que hoy en día duele más el apoyo que los malos reciben de los
buenos, que su propia maldad.
La carta de ésta madre, la cual transcribo
textualmente junto con el comentario final, refleja en parte lo que sentimos las personas no vinculadas a la
ilegalidad.
Suetonio Tranquilo
Hace poco, las madres de PANDILLEROS
(MEXICANOS) encarcelados, realizaron una manifestación, exigiendo los
"DERECHOS" de sus hijos.
Acá está la respuesta de una madre
ciudadana, hacia la madre que protestaba...
DE MADRE A MADRE:
"Vi tu enérgica protesta delante de las
cámaras de TV, en la reciente manifestación en favor de la reagrupación de
presos y su transferencia a cárceles cercanas a sus familiares, y con mejores
prestaciones.
Vi cómo te quejabas de la distancia que te separa
de tu hijo, y de lo que supone económicamente para ti, ir a visitarlo como
consecuencia de esa distancia.
Vi también toda la cobertura mediática que
dedicaron a dicha manifestación, así como el soporte que tuviste de otras
madres en la misma situación y de otras personas que querían ser solidarias
contigo, y que contabas con el apoyo de algunas organizaciones y sindicatos
populistas, comisiones pastorales, órganos y entidades en defensa de los
derechos humanos, ONG's etc. etc.
Yo también soy madre y puedo comprender tu protesta
e indignación.
Enorme es la distancia que me separa de mi
hijo. Trabajando mucho y ganando poco, idénticas son las dificultades y
los gastos que tengo para visitarlo. Con mucho sacrificio sólo puedo visitarlo
los domingos, porque trabajo incluso los sábados para el sustento y educación
del resto de la familia. Felizmente, también cuento con el apoyo de
amigos, familia, etc. Si aún no me
reconoces, yo soy la madre de aquel joven que se dirigía al trabajo, con cuyo
salario me ayudaba a criar y mandar a la escuela a sus hermanos menores, y que
fue asaltado y herido mortalmente a balazos disparados por tu hijo. En la
próxima visita, cuando tú estés abrazando y besando a tu hijo en la cárcel yo
estaré visitando al mío y depositándole unas flores en su tumba, en el cementerio. ¡Ah!
Se me olvidaba: ganando poco y sosteniendo la economía de mi casa, a través de
los impuestos que pago, tu hijo seguirá durmiendo en un colchón y comiendo
todos los días. O dicho de otro modo: seguiré sosteniendo a tu hijo
malhechor. Ni a mi casa, ni en el cementerio, vino nunca ningún
representante de esas entidades (ONG's), que tan solidarias son contigo, para
darme apoyo, o dedicarme unas palabras de aliento. ¡Ni siquiera para
decirme cuáles son MIS DERECHOS!
___________
¡Si estás de acuerdo con esta carta, hazla
circular! Quizás entre todos, podamos revertir estos valores que existen
en nuestro país, donde los delincuentes, ladrones, terroristas y corruptos
tienen más derechos que los ciudadanos honrados y trabajadores, que sólo
queremos vivir en paz.
¡¡¡LOS DERECHOS HUMANOS SON PARA LOS HUMANOS QUE
SON DERECHOS!!!
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