jueves, 22 de noviembre de 2012

LA ESQUINA DONDE NACIÓ LA ARQUITECTURA COLOMBIANA


ALBERTO HINESTROZA LLANOS
Presidente Fundación
Periodistas Bolivarianos de América


Si realmente quisiéramos hacer justicia a Santa Marta, deberíamos darle el valor histórico que ella tiene, por el sólo hecho de haber sido la primera ciudad fundada en el territorio que hoy identifica a nuestra patria colombiana y de hecho de América del Sur.  Fue aquí donde realmente se inició un cambio hacia la modernidad de aquellos años, porque los españoles al ocuparla, compartieron no sólo su cultura, su lenguaje, sino también su forma de vida y de vivienda.
Rodrigo de Bastidas, al fundar la ciudad, inició la remodelación, se puede decir, del espacio público, por eso trazó un plano de lo que sería la plaza mayor, sus calles y carreras y ubicó el terreno donde se deberían construir las principales casas para albergar no sólo las dependencias del Gobierno, sino también la residencia  para ellos.
La primera casa de Gobierno que se levantó, era una choza de paja y madera, ubicada a pocos metros, donde su sucesor García de Lerma realizó la construcción de la primera vivienda en mampostería, que es la que hoy se conoce como la Casa de la Aduana, calle 14 con carrera segunda.
El 11 de noviembre de 1531, hace 481 años, se terminó de construir y este hecho histórico obliga a que la ciudad sea considerada “la cuna de la arquitectura colombiana”, ya que en ese año, ni Cartagena, ni Bogotá, ni otras ciudades existían, por lo tanto es justo que se reclame ese título que engrandece aún más a Santa Marta.
La construcción de esta casa, dio inicio a muchas actividades nuevas en la ciudad, por ejemplo allí se instaló el primer horno de cal de Colombia, el cual sirvió para producir por primera vez pan de trigo en América; además, fue una casa con varias habitaciones que sirvieron por mucho tiempo como oficina central del gobierno español y donde se guardan los archivos de la ciudad, los cuales precisamente 12 años después de inaugurada, el 18 de julio de 1543, el primer pirata que atacó a Santa Marta, Robert Wual o Ball, se robó de allí el acta de fundación junto con otros valiosos documentos, por ello se desconoce la fecha exacta de su fundación; la que se celebra se debe a la tradición oral (29 de julio).
Doscientos años después, los hermanos Jiménez que la compraron, le construyeron el segundo piso y desde esa fecha ha sido sede de las oficinas de Aduana; luego pasó a manos de la curia, que la utilizaba para alojar a los religiosos que llegaban a la ciudad; sirvió de sede a comisariatos y fue allí donde se dio inicio a la creación del Club Santa Marta, el cual creó su propia sede años más tarde.
Sus instalaciones han servido como hotel, agencias de viaje y allí estuvieron las oficinas de las aerolíneas Avianca y Taxader; gracias a las gestiones de doña Anita Sánchez de Dávila (q.e.p.d.), se logró que el gobierno colombiano la comprara por su valor histórico, porque fue la única casa en el mundo que hospedó vivo y muerto a Simón Bolívar Palacios, fundador de nuestra amada Colombia.
Fue reconstruida y hoy día sirve de sede del Museo Tayrona o del Oro; por decreto se le dio el nombre de Casa de Bolívar y es uno de los atractivos que más enorgullece a la ciudad, pues la casa más antigua de Colombia y de América del Sur y además, como dije antes, a sus instalaciones llegó vivo el 1° de diciembre de 1830, Simón Bolívar y el 17 de diciembre fue traído su cadáver a ésta casa, desde la Quinta de San Pedro Alejandrino, donde murió a la una de la tarde, y fue colocado en cámara ardiente hasta el domingo 20 de diciembre, cuando fue llevado hasta la Catedral para ofrecerle cristiana sepultura.
Hasta 1975, la carrera segunda continuaba su tráfico peatonal y vehicular, al ser demolido el antiguo cartel de la policía que ocupaba la mitad de lo que es hoy el Parque Bolívar, se cerró el paso vehicular, pero sigue como esquina, ya que un pasaje peatonal la separa del Edificio del Banco de la República.  Qué linda es Santa Marta y que interesante su historia.

Tomado de HOY DIARIO DEL MAGDALENA
Revista Dominical MACONDO
29 de enero de 2012


  

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