miércoles, 28 de abril de 2010

EL MEJOR DEBATE


SUETONIO TRANQUILO

El martes en la noche se llevó a cabo por el canal City TV de Bogotá lo que en mi opinión fue el mejor de los debates presidenciales realizados hasta el momento. Su formato sencillo pero eficiente consistió en plantear unos temas sobre los cuales los candidatos invitados, sin límite de tiempo debían explicar sus propuestas, con la posibilidad de que pudieran ser contra preguntados tanto por los periodistas como por los otros candidatos.

Así las cosas, el tiempo, siempre angustiante en la televisión, no permitió el cubrimiento de todos los temas previstos, pero los que se debatieron, importantes todos, dieron una luz sobre la verdadera preparación de los aspirantes, al menos sobre lo discutido.

En esta ocasión, salieron favorecidos Vargas, Santos, Noemí y Pardo, en ese orden; quienes mostraron un conocimiento amplio sobre la realidad nacional y las legislaciones nacionales e internacionales.

Individualmente considerados, Germán Vargas volvió a transmitir esa sensación de que tiene el mejor y más completo programa de gobierno y la seguridad de que sabe cómo y con quién ejecutarlo. Juan Manuel Santos, finalmente se decidió a asomar la cabeza por entre el sayo de Uribe y tuvo un par de intervenciones con altura, mostrando que sí tiene por sí mismo con qué manejar el país; sin embargo, le critico que no se aparta de la sombra del actual mandatario, a quien menciona en casi todas sus intervenciones.

Por su parte Noemí Sanín y Rafael Pardo mostraron que les cabe el país en la cabeza, que tienen programas serios y realizables, pero no se logran apartar de la inveterada costumbre de echar puyas. En resumidas cuentas, cualquiera de los cuatro que gane podría en teoría ser un buen presidente.

Capítulo aparte, merecen Antanas y Gustavo. Antanas Mockus, en esta oportunidad, en su primera intervención falló en materia grave, mostrando y admitiendo desconocimiento de legislación, política y relaciones internacionales; esto tal vez lo afectó al punto que en el transcurso del programa no logró ser coherente ni convincente como otras veces. Por su parte Gustavo Petro continua exponiendo un programa populista, muy atractivo para el sector menos favorecido pero muy difícil de cumplir en las circunstancias actuales; presenta soluciones simplistas que agradan al oído del elector pero que no llegan a la raíz de los problemas dando la sensación que no ha estudiado a fondo la economía nacional; lástima, porque parece ser un hombre bien intencionado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario